Más de dos semanas después de la erupción del volcán Los Aburridos, ubicado entre los corregimientos de Turbo, Necoclí y San Pedro de Urabá, 39 familias indígenas Zenú continúan enfrentando una grave crisis humanitaria. La comunidad, que debió evacuar sus viviendas el pasado 11 de noviembre debido al riesgo de nuevas erupciones y deslizamientos, denuncia la falta de asistencia adecuada y urgentes garantías por parte de las autoridades.
Las familias afectadas se encuentran en refugios temporales en la vereda Santiago de Urabá y en un sector cercano a la vía, a unos 300 metros del volcán. Aunque esperan los resultados de los estudios realizados por el Servicio Geológico Colombiano, que determinarán si es seguro regresar a sus hogares, las condiciones en los albergues son precarias.
Carlos Mario Talaigua Pacheco, fiscal de la comunidad y líder social, expresó que las ayudas humanitarias han sido mínimas, lo que agrava la situación, especialmente para los 28 menores de edad afectados. «Hemos recibido apenas una sola atención de la Gobernación, con 15 kits de alimentación, 3 cajas de productos de aseo y 40 colchonetas. Pero no es suficiente, y nuestros niños están viviendo en condiciones muy críticas. No tenemos ni un botiquín de primeros auxilios», señaló Talaigua.
La comunidad también ha denunciado la falta de acceso a educación para los menores, quienes no están recibiendo clases debido a la emergencia. Además, las familias sobreviven gracias a las donaciones de tiendas y personas solidarias, ya que la ayuda estatal sigue siendo insuficiente.
Ante este panorama, las familias indígenas Zenú hicieron un llamado urgente a las autoridades y a la Gobernación de Antioquia, solicitando una reubicación inmediata que garantice su seguridad y bienestar. «Que nos reubiquen, porque nuestras viviendas están demasiado cerca del volcán. Necesitamos ayuda urgente, ya que el Estado nos tiene bastante olvidados», expresó Talaigua.
Mientras esperan los resultados de los estudios geológicos, las familias insisten en que, si no es posible regresar a sus hogares, requieren garantías básicas para poder sobrevivir en condiciones dignas.