La expansión europea de la popular marca de pollo frito se tambalea. Frisby España detuvo su programa de franquicias tras una controversia por el uso de una marca que, aunque nació en Pereira, ahora es usada por una empresa que nunca ha probado su receta.

Frisby, la icónica cadena colombiana que desde 1977 ha conquistado paladares con su receta de pollo frito, enfrenta hoy uno de los capítulos más complejos de su historia empresarial. En España, una firma homónima Frisby España S.L. anunció la suspensión temporal de su programa de franquicias, en medio de una disputa legal por la titularidad de la marca.

El anuncio ha generado revuelo no solo por la abrupta pausa en sus planes de expansión, sino por las dudas sobre la legitimidad del uso de la marca. En su comunicado oficial, Frisby España explicó que la medida busca «proteger a futuros franquiciados» y preservar la reputación de la empresa, mientras se aclara la situación legal.

La controversia estalló luego de que se conociera que Frisby España fue registrada en Bilbao el 12 de febrero de 2025 por Gonzalo Barrenechea Correa, abogado español, y Jacqueline Gillemine Pérez, ciudadana belga. Ambos afirmaron no tener vínculos con Colombia ni haber probado jamás el producto original. Aun así, lograron registrar la marca en Europa tras alegar que la firma colombiana no la usaba de forma efectiva desde 2005, año en que vencía su registro ante la Unión Europea.
La estrategia legal, basada en la figura de “anulación por falta de uso”, no recibió oposición dentro del plazo reglamentario, lo que les permitió a los nuevos empresarios apropiarse del nombre e iniciar actividades comerciales en España con el respaldo de una marca reconocida.

El caso ha encendido las alarmas en el ámbito de la propiedad industrial internacional, pues podría sentar un precedente para otras marcas latinoamericanas con registros caducados fuera de sus países. Además, abre la discusión sobre el uso de la reputación construida por décadas por una empresa, sin ningún vínculo cultural, gastronómico o comercial con su origen.

Frisby S.A. BIC, la empresa matriz en Colombia, aún no se ha pronunciado públicamente sobre el caso, pero se espera que emprenda acciones legales para recuperar la titularidad en el bloque europeo.

Mientras tanto, el “pollo colombiano” sigue siendo cocinado por manos extranjeras, sin receta original, sin historia detrás y ahora, sin nuevos franquiciados… por el momento.