Tres líderes sociales del municipio de Sabanalarga, en el occidente de Antioquia, fueron víctimas de amenazas y desplazamiento forzado por parte de presuntos integrantes del grupo armado ilegal conocido como ‘clan del Golfo’. Los líderes hacen parte del Movimiento Ríos Vivos, que defiende los derechos de las comunidades afectadas por el proyecto hidroeléctrico Hidroituango.
Los hechos ocurrieron el pasado 22 de enero, cuando los líderes Richar Zapata, María Rojo y Luz Ángela Agudelo recibieron la visita de hombres armados en sus casas, quienes les exigieron que colaboraran con la organización criminal o que se fueran del territorio. Los tres líderes son integrantes de la Asociación de Barequeros, Pescadores y Agricultores de Sabanalarga (Asominsab), una de las 14 asociaciones que conforman el Movimiento Ríos Vivos.
Zapata es el vicepresidente de Ríos Vivos y representante legal de Asominsab, Rojo es la secretaria general de la asociación y Agudelo es la coordinadora general del Movimiento. Según Ríos Vivos, los líderes y sus familias tuvieron que abandonar sus hogares en las veredas y el casco urbano de Sabanalarga para proteger sus vidas.
Esta no es la primera vez que el Movimiento Ríos Vivos sufre amenazas e intimidaciones por su labor de defensa de los derechos humanos y ambientales de las comunidades afectadas por el megaproyecto Hidroituango, que ha generado graves impactos en la región. En diciembre pasado, la presidenta de la organización, Isabel Cristina Zuleta, también fue amenazada por un supuesto integrante del ‘clan del Golfo’ que le exigió una reunión y le reveló información confidencial del Movimiento.
Ante esta situación, el Movimiento Ríos Vivos solicitó a la comunidad nacional e internacional y a las autoridades del Estado y el Gobierno colombiano que adelanten todas las acciones pertinentes para garantizar la vida, la integridad física y todos los derechos de quienes hacen parte de la organización. Asimismo, pidió que se investiguen y sancionen a los responsables de las amenazas y el desplazamiento forzado de los líderes sociales.