En los últimos días, Río de Janeiro ha experimentado temperaturas extremas, alcanzando una sensación térmica récord de 62.3°C. Este fenómeno ha sido el más intenso en la última década, detonado por la alta humedad y la geografía particular de la ciudad.
El sábado 16 de marzo, la ciudad registró la mayor temperatura de la década a las 9:55 a.m., según el sistema municipal Alerta Río. La cifra récord se midió en Barra de Guaratiba, un barrio en las afueras de la ciudad, donde los vientos del cuadrante norte suelen elevar la temperatura ambiental.
Este evento extremo ha tenido un impacto significativo en la vida cotidiana de los residentes y turistas. Las playas, como Ipanema y Copacabana, se han visto abarrotadas de personas buscando alivio del calor. Inclisive, hay trabajadores como André Luis Soares, un vendedor ambulante de helados, quien relató cómo algunas personas se desmayaron en la arena debido al calor extremo.
Los expertos atribuyen estos fenómenos extremos y la inestabilidad meteorológica al cambio climático y una intensificación del fenómeno de El Niño la cual tiene azotada a toda Latinoamérica. Las temperaturas globales actuales son aproximadamente 1.2°C más altas en general que a mediados del siglo XIX, lo que ha incrementado la frecuencia de inundaciones, sequías y olas de calor.
La situación en Río de Janeiro es un recordatorio de la urgencia con la que debemos abordar el cambio climático y adaptarnos a sus consecuencias.