Un irlandés de 92 años ha sorprendido a la comunidad científica al demostrar que la vejez no es sinónimo de deterioro físico. Richard Morgan, ex panadero y fabricante de baterías, se ha convertido en un ejemplo de cómo el ejercicio regular y una dieta balanceada pueden mantener un cuerpo joven a cualquier edad. A pesar de comenzar a entrenar a los 70 años, Morgan ha logrado convertirse en campeón mundial de remo en múltiples ocasiones y su condición física es comparable a la de un hombre de 40 años. Los expertos atribuyen su sorprendente vitalidad a una rutina de ejercicios rigurosa y una dieta rica en proteínas.
Los científicos que estudiaron su caso publicaron sus hallazgos en el Journal of Applied Physiology, destacando la notable condición física de Morgan. Sus músculos, corazón y pulmones funcionan como los de una persona mucho más joven, un hecho que quedó demostrado cuando su frecuencia cardíaca alcanzó un máximo de 153 latidos por minuto durante una prueba de remo de 2,000 metros. Este rendimiento cardiovascular es excepcional para su edad y refleja la eficacia de su corazón en suministrar oxígeno a sus músculos.
La rutina de Morgan, aunque simple, ha sido clave para mantener su vigor. Cada semana, rema unos 30 kilómetros, distribuyendo sus sesiones en un 70% de entrenamiento ligero, un 20% de intensidad moderada, y un 10% de esfuerzo máximo. Además, complementa su ejercicio aeróbico con entrenamiento de fuerza dos o tres veces por semana, utilizando pesas para realizar estocadas y flexiones hasta el agotamiento muscular. Su dieta, rica en proteínas, también juega un papel crucial en su estado físico, superando regularmente la ingesta recomendada para alguien de su peso.
Este caso ha llevado a los expertos a replantearse la naturaleza del envejecimiento. Según Scott Trappe, director del Laboratorio de Rendimiento Humano de la Universidad Ball State en Indiana, el cuerpo humano puede adaptarse al ejercicio en cualquier etapa de la vida