La Policía Nacional de Colombia enfrentó una significativa reestructuración que resultó en el retiro de 71 oficiales, incluyendo a varias mujeres coroneles. Esta decisión fue liderada por el entonces ministro de Defensa, Iván Velásquez, y el director de la Policía, general Carlos Triana, en medio de un escándalo relacionado con el contrabando y la corrupción vinculada a Diego Marín, alias ‘Papá Pitufo’.

Algunos de los oficiales retirados expresaron su inconformidad, argumentando que no tenían relación con las actividades de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) y que su desvinculación afectaba su reputación y trayectoria profesional. Un coronel con más de 25 años de servicio manifestó que nunca estuvo involucrado con la Polfa y que su historial en la institución era intachable.

Además, surgieron denuncias sobre posibles irregularidades en las pruebas de polígrafo realizadas a los oficiales. Se alega que la Dirección de Contrainteligencia de la Policía pudo haber manipulado estos exámenes para influir en las decisiones de retiro, lo que ha generado preocupación sobre la transparencia y equidad del proceso.

Este episodio ha puesto en tela de juicio los procedimientos internos de la Policía Nacional y ha resaltado la necesidad de garantizar procesos justos y transparentes en futuras evaluaciones y reestructuraciones dentro de la institución.