Según la investigación, Chiquita Brands no fue la única empresa que realizó pagos a grupos paramilitares en la región de Urabá. A través de las declaraciones de ex miembros de las autodefensas en las audiencias de Justicia y Paz, se ha revelado que varias empresas comercializadoras de banano entregaron millones de dólares a las cooperativas Convivir, dinero que luego se canalizaba hacia los paramilitares.
Chiquita Brands, sin embargo, es el caso más conocido. La compañía fue acusada y condenada por pagar 1.7 millones de dólares a estas cooperativas. No obstante, las confesiones indican que la práctica era común entre las empresas bananeras, quienes pagaban sumas menores (alrededor de tres centavos de dólar por caja de banano) a cambio de «seguridad».
Si bien algunas empresas afirmaron creer en la legalidad de las Convivir, testimonios de paramilitares y pruebas concretas revelan la existencia de un acuerdo para financiar a estos grupos armados ilegales.
Estas reuniones para coordinar los pagos se realizaban en una «casa grande» en Medellín, conocida como Montecasino, donde residían y operaban los hermanos Castaño, líderes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Como consecuencia de su participación en este esquema, Chiquita Brands fue condenada a pagar una multa de 38.3 millones de dólares a las víctimas.