Un estudio del FMI revela que Colombia ocupa el puesto 33 entre los países con las carreteras más lentas del mundo, con una velocidad promedió 72 km/h.
Aunque la infraestructura y conectividad de las vías se presta para manejar a tan solo 72 km/h, muchos colombianos conducen creyéndose actores de la película rápidos y furiosos.
La velocidad en las carreteras es un factor clave para el desarrollo económico y social de un país. Afecta el tiempo de viaje, el costo del transporte, la competitividad de las empresas e incluso calidad de vida de las personas.
Para ponerlo en perspectiva, países como Bután, Nepal, Timor-Leste, Bangladesh y Haití tienen velocidades promedio aún más bajas, por debajo de los 50 km/h. En el otro extremo, países como Holanda, Irlanda y Bélgica superan los 100 km/h.
El estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) es un llamado de atención para las autoridades colombianas sobre la necesidad de invertir en mejorar la infraestructura vial del país. Unas carreteras más rápidas y eficientes podrían impulsar el desarrollo económico, reducir los costos de transporte y mejorar la calidad de vida de los colombianos.