Lo que inició como un gobierno de aliados, terminó con un palco de aplausos desolador.
Así se vivió la última desalentadora rendición de cuentas del alcalde de Apartadó, Felipe Cañizales, un aforo triste y lleno de desilusión que ha dejado en Apartadó, un gobierno “líder” en donde cursan varias investigaciones de corrupción y con cifras de relleno deslumbran a sus últimos contratistas de líderes que les quedan.
El evento se desarrolló en el auditorio del edificio Santamaría, donde se vieron pocas caras de amigos en los acompañantes.
En la rendición, se hablaron de los proyectos que se adelantaron en los cuatro años de gobierno, donde en muchas de las mencionadas estarían, según las reuniones de empalme del nuevo gobierno, como elefantes blancos y que no se sabe si serán entregadas a las comunidades.
Un gobierno que gestionó grandes recursos a nivel nacional y departamental, pero en obras poco. Hoy la comunidad se pregunta sobre obras anunciadas de gran impacto y como banderas de gobierno por Benicio, sobre la intervención del río Apartadó, Centro de Alto Rendimiento, patinódromo, parque de la Martina, educación y juventud, quedaron a la deriva en este gobierno.
Hoy, Cañizales deja enredados en muchas obras sin terminar y dificultades administrativas para el próximo gobernante de turno, quien tendrá que asumir en su nuevo gobierno.