La violencia en El Catatumbo no da tregua. Este fin de semana, en medio de combates entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Frente 33 de las disidencias de las Farc, se reportó una nueva masacre en zona rural del municipio de Tibú. Dos jóvenes primas, Karen y Tatiana Guillin, junto al esposo de una de ellas, fueron asesinados mientras transitaban por el área.
Inicialmente, la autoría de los hechos era incierta. Sin embargo, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, señaló al ELN como responsable. En un mensaje en su cuenta oficial de X, condenó la acción: «Si alguna vez tuvieron un sentido de humanidad, hoy lo han perdido por completo. Solo han demostrado su capacidad de arrasar con la población civil para subsistir del narcotráfico, la minería ilegal, la extorsión y el secuestro».
Posteriormente, en un video cuya autenticidad aún está por confirmar, un presunto cabecilla del ELN reconoció la responsabilidad del grupo, aunque justificó el crimen como un daño colateral durante un enfrentamiento con el Frente 33. Según su versión, las víctimas estaban siendo utilizadas como «escudos humanos» por la disidencia enemiga.
«Esta banda tenía consigo mujeres y niños que usaban como escudo para avanzar en el ataque a nuestras posiciones. Es así como lamentablemente resultan muertas dos de estas mujeres que corresponden a los nombres de Tatiana y Karen Guillin», señaló el subversivo en la grabación.
El video también revela que dos niños, de 1 y 3 años, acompañaban a las mujeres. Tras los enfrentamientos, los menores fueron encontrados ilesos y puestos bajo el cuidado de un líder comunitario local para su entrega a familiares.
Desde enero, El Catatumbo ha sido escenario de una escalada de violencia entre el ELN y el Frente 33, en una cruenta disputa por las rutas del narcotráfico hacia Venezuela. La cifra de muertos alcanza ya las 106 personas en lo que va del año. Además, más de 64.000 habitantes han sido desplazados forzosamente y cerca de 13.000 viven confinados, según datos de la Gobernación de Norte de Santander.
La confrontación también ha cobrado la vida de miembros de la Fuerza Pública: seis militares y tres policías han muerto en el curso de estos enfrentamientos. Mientras tanto, las comunidades civiles siguen atrapadas en medio de una guerra que parece no tener fin.