La fiebre amarilla, una enfermedad viral transmitida principalmente por el mosquito Aedes aegypti, se presenta en tres etapas, cada una con síntomas distintos que pueden variar en gravedad. Es fundamental reconocer los signos de cada fase para proporcionar la atención médica adecuada y prevenir complicaciones graves.
Aquí te contamos sus etapas y síntomas más conocidos:
Etapa 1: Infección (Fase inicial)
Durante la primera fase de la fiebre amarilla, los síntomas son similares a los de otras infecciones virales. Los más comunes incluyen:
Fiebre alta
Dolor de cabeza intenso
Dolores musculares y articulares
Náuseas y vómitos
Pérdida de apetito
Ictericia: Coloración amarillenta de la piel y los ojos, que puede aparecer en esta fase.
En general, los síntomas de esta etapa suelen desaparecer en una semana, y muchas personas comienzan a mejorar progresivamente.
Etapa 2: Remisión
En esta fase, la fiebre y otros síntomas pueden desaparecer, y muchas personas se sienten mejor. La mayoría de los pacientes se recuperan en esta etapa, sin embargo, algunas personas pueden empeorar dentro de las siguientes 24 horas. La remisión no siempre significa recuperación total, por lo que es importante continuar monitoreando los síntomas.
Etapa 3: Intoxicación (Fase grave)
Si la enfermedad progresa, la fiebre alta regresa en la etapa de intoxicación. Los síntomas son mucho más graves y pueden incluir:
Problemas hepáticos y renales: Incluye una ictericia más severa, orina oscura y dolor abdominal intenso.
Sangrado: Puede haber hemorragias en diversas partes del cuerpo, como la boca, nariz, ojos o estómago.
Convulsiones y delirio: En los casos más severos, los pacientes pueden experimentar trastornos neurológicos.
La fiebre amarilla en esta etapa es extremadamente grave y puede ser fatal si no se recibe atención médica inmediata.
Prevención
La vacunación es la principal medida para prevenir la fiebre amarilla. Es esencial que las personas que viajan a áreas endémicas se vacunen, ya que la enfermedad puede ser letal si no se trata a tiempo.