El santo padre ingresó hace 15 días en el hospital Gemelli, en Roma, por una bronquitis con infección polimicrobiana. Luego padeció una neumonía bilateral. Ayer se difundió que había dejado atrás la fase crítica, aunque los médicos alertaron que su pronóstico aún es reservado.
De acuerdo con la Santa Sede, el sumo pontífice tuvo una crisis aislada de broncoespasmo y su salud empeoró de modo repentino, aunque ha respondido bien a la terapia indicada por el equipo médico a cargo de su atención en el hospital Gemelli, en Roma.
El boletín detalló que «tras una mañana haciendo fisioterapia respiratoria y en oración en la capilla», ocurrió el referido incidente «que ha determinado un episodio de vómito con inhalación y un repentino empeoramiento del cuadro respiratorio».
Según el texto, lo ocurrido aleja la posibilidad de pronta recuperación y los médicos precisarán entre 24 y 48 horas para hacer una evaluación sobre cómo este repentino estrechamiento del conducto bronquial afectará la salud del obispo de Roma.