En Colombia, la fiebre amarilla vuelve a ser una amenaza seria para la salud pública. Según lo informó el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, ya son 33 las personas que han perdido la vida por esta enfermedad entre el año pasado y lo que va corrido de 2025.
La situación es especialmente crítica en el departamento de Tolima, donde se han concentrado la mayoría de los 47 casos confirmados solo en los primeros 100 días del año. Otras regiones afectadas incluyen Caquetá, Huila, Nariño, Putumayo, Caldas, Meta y Vaupés.
“Estamos viendo un repunte del virus que nos obliga a tomar medidas urgentes, sobre todo ahora que se acercan las vacaciones de Semana Santa”, afirmó Jaramillo, quien también confirmó la implementación de controles sanitarios para viajeros internacionales, en particular aquellos provenientes de Brasil, tras confirmarse un caso importado.
Las autoridades sanitarias han intensificado los llamados a la vacunación, especialmente en las zonas rurales y en las regiones selváticas donde el riesgo es más alto. El objetivo: evitar que la fiebre amarilla se convierta en una crisis mayor.