El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, se encuentra ilocalizable tras un accidente de helicóptero ocurrido este domingo en el noreste del país. Las autoridades iraníes han emprendido una intensa operación de búsqueda en la región montañosa y forestal entre las provincias de Azerbaiyán Oriental, Azerbaiyán Occidental, Ardabil y Zanjan.
El accidente se produjo cuando el presidente Raisi regresaba de inaugurar la presa de Qiz Qalasi, en el río Aras, junto al presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev. Entre los pasajeros se encontraban también el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, y otras figuras políticas de relevancia.
Este trágico accidente ocurre en un momento de creciente tensión entre Irán y dos de sus principales adversarios, Estados Unidos e Israel. Recientemente, el régimen iraní confirmó que mantuvo negociaciones indirectas con Estados Unidos en Omán, a pesar de las tensiones en Medio Oriente. Además, Irán lanzó un ataque con 300 drones y misiles contra Israel el pasado 13 de abril, en represalia por un ataque previo contra un edificio cercano a la embajada iraní en Damasco, que resultó en la muerte de siete miembros de la Guardia Revolucionaria iraní.
Estos eventos han exacerbado las ya frágiles relaciones entre los países, con Estados Unidos e Irán manteniendo conversaciones informales para intentar rebajar las tensiones en la región. El ataque de Irán contra Israel y la respuesta de este último han aumentado la expectativa de una escalada bélica, lo que podría tener graves consecuencias para la estabilidad de Medio Oriente.
La desaparición del presidente Raisi añade una capa de incertidumbre a este ya volátil escenario geopolítico, y la comunidad internacional se mantiene en vilo ante las posibles repercusiones de su ausencia prolongada en el poder.