Corpouraba, la autoridad ambiental del departamento de Antioquia, está viviendo una nueva crisis política que ha dejado a varios contratistas y figuras claves dentro de la entidad en alerta. Este revuelo se desató a principios de esta semana, cuando el director de la corporación, Jorge David Tamayo, tomó decisiones trascendentales que sacudieron el ambiente interno de la institución, específicamente afectando al equipo político liberal de Julián Bedoya.

La controversia comenzó cuando Corpouraba emitió un ultimátum a Puerto Antioquia, suspendiendo una licencia ambiental que paralizó ciertos avances energéticos del puerto. Esta medida estuvo vigente durante varios meses, creando una situación tensa que puso en peligro el progreso de la infraestructura portuaria. Aunque el puerto había solicitado acciones para resolver la situación, fue solo el 14 de febrero cuando Corpouraba realizó el levantamiento del trazado de las torres 1 a 16, así como varios predios vinculados a las obras.

Lo que complicó aún más la situación fue que las medidas adoptadas no fueron previamente consultadas ni aprobadas por el director de la entidad. Este hecho generó un ambiente de conflicto y tensión política dentro de Corpouraba. Según algunas fuentes internas, las decisiones tomadas en contra de los intereses del puerto fueron más bien resultado de una estrategia política impulsada por el equipo de Julián Bedoya, quien habría colocado a varios de sus allegados en posiciones clave dentro de la corporación. De hecho, varios de estos puntos fueron ignorados por el equipo de Puerto Antioquia.

Este choque político derivó en una guerra interna entre el director Jorge David Tamayo y su ex jefe Julián Bedoya, el excongresista y excandidato a la gobernación de Antioquia. El miércoles pasado, Tamayo tomó medidas decisivas: declaró insubsistentes a los cinco subdirectores nombrados por Bedoya. Entre ellos se encuentran Elizabeth Granada y Johan Alexis Cerquera, el exalcalde de Carepa, involucrado en presuntos casos de corrupción. Ante esta situación, tanto Granada como Cerquera tomaron la decisión de incapacitarse, maniobrando para evitar su salida de la institución.

¿Por qué estos dos personajes son claves en la situación?

Fuentes cercanas a la corporación indicaron que las decisiones favorables para Puerto Antioquia, como el levantamiento de la medida, debieron ser viabilizadas por Johan Cerquera, quien ocupa el cargo de subdirector de Gestión y Administración Ambiental, y por Elizabeth Granada, secretaria general de Corpouraba. Ambos son los responsables técnicos y jurídicos de los actos administrativos, lo que les otorga el poder de influir en decisiones clave como esta.

En medio de la crisis, un grupo de colaboradores de Bedoya viajó de urgencia a Apartadó para tratar de solucionar el conflicto. Sin embargo, no lograron acuerdos. Mientras tanto, Julián Bedoya se encontraba en Bogotá buscando cómo mediar la crisis política que afecta a su equipo. Se ha informado que el director de Corpouraba ha reforzado su seguridad por solicitud del Gobernador de Antioquia, debido a la creciente tensión.

Lo que se sabe hasta ahora es que el próximo 28 de febrero se llevará a cabo una asamblea en Corpouraba, y se espera que en los próximos días se tomen decisiones sobre nuevos nombramientos dentro de la corporación.

El golpe político es claro: las fuerzas de Julián Bedoya se debilitan en Urabá, lo que representa un duro revés para el equipo liberal en la región.