En medio de las calles del barrio El Progreso, donde el esfuerzo diario y los sueños suelen encontrar obstáculos, surge una historia que vale la pena contar: la de Santiago Echeverry, un joven que con talento y determinación ha comenzado a abrirse camino en el competitivo mundo del fútbol colombiano.
Hace dos meses, Santiago partió rumbo a Medellín con la ilusión de aprovechar una convocatoria del Club F Juan Cuadrado. Lo que empezó como una oportunidad, se convirtió rápidamente en un logro: fue seleccionado por el club y actualmente forma parte del equipo titular que disputa la Liga Antioqueña, una de las más exigentes del país a nivel juvenil.
Para su comunidad, el avance de Santiago es motivo de orgullo. En un entorno donde muchos jóvenes se enfrentan a contextos difíciles y decisiones complejas, su ejemplo demuestra que sí es posible elegir otro camino, uno en el que el deporte, la disciplina y la perseverancia son los protagonistas.
Durante esta semana, Santiago ha regresado temporalmente a su barrio, donde ha sido recibido con admiración y respeto. Su presencia es vista como un mensaje poderoso para los demás jóvenes de Currulao y de toda la región de Urabá: sí se puede llegar lejos, cuando hay compromiso y pasión por lo que se hace.